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El Arzobispo del Centenario. Juan Ignacio González Eyzaguirre E-mail
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Juan Ignacio González Errázuriz, El Arzobispo del Centenario. Juan Ignacio González Eyzaguirre, Santiago, Centro de Estudios Bicentenario, 2003, 400 páginas, ISBN: 956-8147-06-3

 

Pasar oculto es una de las características de los hombres superiores y que viven con los pies en esta tierra y la cabeza en el cielo. Siguen en esto las enseñanzas del Maestro. Esa fue la divisa que resume la vida del cuarto Arzobispo de Santiago Juan Ignacio González Eyzaguirre. Pero las obras de los grandes hombres de la Iglesia nunca permanecen para siempre ocultas. Cuando ya los días de su transitar terreno han pasado, la historia tiene el deber y el derecho de hacer luz sobre aquello que ha permanecido en penumbra. Eso es lo que se intenta con este libro. Situado el Arzobispo González en una época tan singular de nuestra historia -el centenario- fue una figura y un referente moral de la sociedad chilena.

Aceptado por todos, los de un lado y los del otro, fue sobre todo un servidor de los pobres y necesitados. Su figura amable, su palabra sencilla y su presencia menuda era signo de paz y concordia en un Chile donde las convulsiones sociales comenzaban a aflorar y donde la llamada cuestión social estaba al centro de las preocupaciones de la Iglesia y -más tardíamente- de la sociedad y del Estado. Fue el Arzobispo un precursor del moderno derecho laboral, promotor de múltiples iniciativas sociales y de bien común. El libro las describe con acuciosidad. Pero fue, sobre todo, un hombre que sabía dónde estaba la fuente de la eficacia de la acción de la Iglesia: en el amor a Jesucristo -así llamó a una de sus pastorales- en la vida de oración y de recepción de los sacramentos. Sus obras pastorales marcan siempre un derrotero que no es otro que el enseñado por el Divino Maestro: buscar el reino de Dios y su justicia que el resto vendrá por añadidura. La primera de sus Pastorales es -consecuentemente- sobre la confesión sacramental.

 

Hay en la vida del Arzobispo González enseñanzas de mucha fuerza para los tiempos que corren. Al leer las páginas de este libro el lector las descubrirá. Hay sobre todo virtudes arraigadas, y entre ellas, la humildad que deja actuar en su vida a Dios, la mansedumbre que lo hace cercano a todos, la fortaleza para defender el bien y las enseñanzas de la Iglesia, la sobriedad que atrae a ricos y pobres. Pero sobre todo se destaca su amor a Dios, fuerza vital que contrasta con la debilidad de su naturaleza débil y enfermiza. El Arzobispo fue un campeón de la cuestión social, de la buena prensa, de la lucha contra el alcoholismo y de la defensa de la fe. Pero fue sobre todo un ejemplo de hombre que sabía entregarse con alma y cuerpo a los ideales de servicios a Dios y a su Patria. En estos dos ideales no se dejaba ganar, haciendo así honor a su consagración a Dios y a la estirpe de la cual procedía.

La obra que publicamos, estudio del Obispo de San Bernardo Juan Ignacio González Errázuriz es un justo y merecido homenaje a un hombre que quiso pasar oculto por los silencios de la historia. Su vida personal, de trabajo en bien de la Iglesia y de Chile son un ejemplo para las nuevas generaciones.

 
 
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